El concepto del zodíaco es antiguo, con raíces en las culturas tempranas de Mesopotamia; los primeros zodíacos de doce signos fueron nombrados según los dioses de estas culturas. Los griegos a su vez adoptaron la astrología de los babilonios; y los romanos por su parte adoptaron la astrología de los griegos. Estos pueblos renombraron los signos del zodíaco babilónico en términos de sus propias mitologías, y por ello el zodíaco familiar del Occidente contemporáneo lleva nombres de la mitología mediterránea. La noción de una división en doce signos se deriva del ciclo orbital de la Luna alrededor de la Tierra, que la Luna completa 12 veces al año. Hace varios miles de años, los signos recibieron nombres de constelaciones de estrellas fijas, y hoy en día, muchas personas simplemente asumen que los signos y las constelaciones son uno y el mismo, lo cual no es el caso, aunque los nombres de estas constelaciones si se convirtieron en la base del zodíaco, actualmente no comparten el mismo espacio en la bóveda celeste.
En astrología, los signos son principalmente unidades de medida: equivalen a 30° de arco a lo largo de la eclíptica, que es el plano de la órbita aparente del Sol alrededor de la Tierra, una línea imaginaria trazada contra el telón de fondo de las estrellas por la órbita de la Tierra, que en realidad es la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Las órbitas de los diversos planetas en el sistema solar yacen aproximadamente dentro del mismo plano geométrico, por lo que desde una posición dentro del sistema, todos los cuerpos celestes parecen moverse a través de la misma serie de constelaciones. Medimos las posiciones relativas de los planetas según donde aparecen a lo largo de la eclíptica, el plano orbital. Las constelaciones que comparten los nombres de los doce signos del zodíaco cruzan la eclíptica, razón por la cual los signos fueron nombrados según ellas; pero las constelaciones nunca dividieron la eclíptica en segmentos iguales, además, hay al menos trece constelaciones que cruzan la eclíptica. Los antiguos observaron que cuando los planetas estaban en diferentes signos, se comportaban de manera diferente; así que además de ser una medida de la posición longitudinal de un planeta a lo largo de la eclíptica, los signos del zodíaco son una medida de cómo se expresan los planetas astrológicamente.
El término “zodíaco”, en griego antiguo ζῳδῐᾰκός, el cual significa literalmente “círculo de animales”, o más ampliamente, el “círculo de la vida” o “círculo de seres vivos”, constituye la banda de 12 signos: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis. Esta banda se extiende aproximadamente 8° o 9° a cada lado de la eclíptica.
Triplicidades
Los signos influyen en cómo se expresan los planetas. Los doce signos del zodíaco se subdividen según los cuatro elementos clásicos de Tierra, Aire, Fuego y Agua.
Los signos de Tierra, la triplicidad de tierra, son Tauro, Virgo y Capricornio. La tierra se refiere a la practicidad, que se manifiesta como una aptitud para la dimensión financiera y material de la vida.
Los signos de Aire, la triplicidad de aire, son Géminis, Libra y Acuario. El aire es mental, y para las personas en las que predomina el elemento aire, las ideas y la comunicación son los aspectos más importantes de la vida humana.
Los signos de Fuego, la triplicidad de fuego, son Aries, Leo y Sagitario. El fuego se refiere a la actividad, que puede manifestarse como inspiración y liderazgo.
Los signos de Agua, la triplicidad de agua, son Cáncer, Escorpio y Piscis. El agua se refiere a la sensibilidad, intuición, emoción y fluidez, y esta sensibilidad puede manifestarse como sensibilidad artística, sensibilidad psíquica o sensibilidad hacia los demás. Este elemento también encarna los rasgos de compasión, nutrición y protección.
Cuadriplicidades
Además de los elementos, los 12 signos del zodíaco también se subdividen según tres cualidades: cardinal, mutable y fijo.
Los cuatro signos cardinales, la cuadruplicidad cardinal o cruz cardinal, son Aries, Cáncer, Libra y Capricornio; la entrada del Sol en cada uno de estos cuatro signos marca el comienzo de una nueva estación. Los signos cardinales tienden a iniciar nuevas actividades y a actuar en la situación presente.
Los cuatro signos mutables, la cuadruplicidad mutable o cruz mutable, son Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis; la salida del Sol de cada uno de estos cuatro signos indica el final de una nueva estación. Los signos mutables tienden a la adaptabilidad o flexibilidad, y reaccionan a nuevas situaciones adaptándose a ellas.
Los cuatro signos fijos, la cuadruplicidad fija o cruz fija, son Tauro, Leo, Escorpio y Acuario; el Sol se mueve a través de estos signos cuando las estaciones están en su apogeo. Los signos fijos tienden a actuar según patrones preestablecidos. Puede manifestarse como fuerza y persistencia, pero también como inflexibilidad y terquedad.
Dualidades
La polaridad es otra forma de subdividir los doce signos, aunque en realidad se trata de un subconjunto de los elementos: los signos de tierra y agua son más introvertidos, yin, receptivos, y se clasifican como parte de la polaridad “femenina”, estos son : Tauro, Cáncer, Virgo, Escorpión, Capricornio, y Piscis. Por otro lado, los signos de fuego y aire son más extrovertidos, activos, yang, y se clasifican como parte de la polaridad “masculina”, estos son : Aries, Géminis, Leo, Libra, Sagitario, and Acuario.
Esta sección de astrología refleja conocimientos pertenecientes a una disciplina que es quizás la más antigua del mundo acumulados durante miles de años. Nos corresponde dar crédito a las principales fuentes de información que se han consultado. Mucha de la información aquí presentada proviene de un libro aun no publicado, Astrológica: guía para interpretar la Carta Natal, de Julián Favré. Se han consultado además, entre otros:
Arroyo, Stephen · Astrology, Psychology, and the Four Elements, CRCS Publications, 1978, ISBN: 0916360016