EVOLUCION DE MI PENSAMIENTO.
El hombre es el único ser conocido que en realidad evoluciona. Digo el único ser conocido, porque siempre me ha resultado incoherente una jaula infinita para un insignificante gorrión, a no ser que el gorrión no esté solo, (como he creído siempre) y haya una infinita cantidad de seres más y menos evolucionados que el humilde gorrión. En una palabra, que no estamos solos. Por coherencia.
Efectivamente, el hombre asistido por sus sentidos, su pensamiento, su razón, y toma de conciencia, pudo manipular el medio, y así comenzó la evolución tanto mecánica como intelectual, en principio conjuntamente y de forma muy lenta.
La evolución mecánica, al ser experimental y tangible, siempre contó con la ventaja de poder evolucionar paso sobre paso no exenta de atascos que frenaban su avance, pero eran tantos los campos que se abrían a su evolución, que ésta, no ha cesado jamás.
La evolución intelectual, al ser especulativa y no tangible, donde el papel, más importante lo juegan la observación, las sensaciones y los sentimientos, podemos ya hablar de una evolución espiritual, ya que la observación, las sensaciones y los sentimientos inherentes al ser humano, van a actuar sobre cada individuo, de la misma forma con ligeros matices, fundamentalmente debido a la genética personal. La observación del medio, (naturaleza) producirá en los hombres una sensación de asombro, miedo y respeto junto a los sentimientos de agradecimiento, y muy importante, el sentimiento de culpa, que conduce al temor y como consecuencia, al desagravio.
Quiero destacar muy especialmente este sentimiento de culpabilidad inherente al ser humano, que conduce, al desagravio y a las ofrendas a los Dioses. Pero cuando en los templos surge la clase sacerdotal como oficiantes, su paranoia no conoce límites, llegando a las ofrendas de vidas humanas, sacrificios de sangre.
Quiero denotar mi interés en este concepto, porque siendo un primitivismo-atávico, se encuentra en todos los cultos del mundo y persiste actualmente como base doctrinal. Es como si la evolución mecánica se hubiera detenido en el descubrimiento de la rueda. No deja de ser sorprendente el distanciamiento de las ciencias y del pensamiento, de lo tangible y de lo especulativo.
Aunque mi intención no es ser exhaustivo, en este caso, si me interesa hacer unas observaciones al respecto. Destacar que en una evolución integral, los dos tipos de evoluciones fueron juntas e incluso entrelazadas, siendo los centros de difusión más importantes los templos, monasterios y centros religiosos.
Pronto empezaron a surgir diferencias irreconciliables entre los teólogos y los científicos. Los científicos por la misma inercia de la curiosidad, y los intereses económicos después, lo cierto es que han alcanzado sorprendentes cotas de desarrollo y avances, en la infinita cantidad de materias que representa la ciencia actual.
Los teólogos en el vano intento de definir a Dios, en su arrogancia no dudan en ponerle atributos, cualidades y sentimientos, totalmente humanos.
Mi repulsa a la vanidad y arrogancia del hombre, que todo pretende saber. Mi repulsa al hombre, que antes de reconocer, su incapacidad, recurre a los subterfugios, y al chantaje emocional. Y por último, mi repulsa para los hombres, que en nombre de uno u otro Dios, promueven guerras Santas para ampliar sus cotas de influencia y poder.
Antes de proseguir por el camino de la evolución de mi pensamiento, considero oportuno conocer “el principio del principio”. Yo nací, de un matrimonio Católico, Apostólico, Romano y practicante. Como era preceptivo, fui bautizado a los tres años, (circunstancia la guerra). Me confirmó el Señor Obispo, que se alojó en mi casa, (circunstancia la ejemplaridad del matrimonio) donde todos los días se rezaba el Rosario. A los siete añitos hice la primera Comunión. Y a esa tierna edad yo era, genéticamente, por el intelecto y sensibilidad paterna, y por el orgullo y arrogancia materna, una olla en ebullición durante tres años.
Pero este delirio místico, se iba a derrumbar como un castillo de naipes sacudido por un golpe en la base, quedando sobre la mesa, solo un montón de naipes desordenados.
Cuando mis padres me dejaron solo e interno, en el Colegio San Antonio de los Franciscanos
de Cáceres, yo sufrí, el golpe psicológico que marcaria el resto de mi vida.
Apelé a mis padres, no podía comprender tanta crueldad, tanta sin razón por su parte, y les rebatí sus argumentos, en vano. Apelé a mi Dios, y a toda la corte celestial y me exasperaba tanta indiferencia. Y lloré, lloré, lágrimas de amargura y de angustia, lloré lágrimas de desamor y lágrimas de dolor, por todos los rincones de los patios del Colegio. Lloré durante el primer mes sin parar. Pero al final, la genética se impuso y con el orgullo y arrogancia materna y el intelecto y sensibilidad paterna, me revelé. Me revelé, contra todos y contra todo. No sabré nunca, si la decisión adoptada fue correcta o incorrecta, pero si sè que en ese momento yo no tenía otra opción.
Y sobre un fondo de infinita tristeza, amargura, desencanto y la carga genética antes aludida, se fue forjando la evolución de mi pensamiento ,solo me encontraba a gusto a solas con migo mismo y mis pensamientos. Y hasta los diecinueve años fui un estudiante que no estudió jamás, porque no me era posible separar mi pensamiento de mi objetivo. Explicarme lo inexplicable.
Solo me interesaban los estudios de la religión, filosofía y la investigación de las más antiguas civilizaciones y sus mitologías, como la misteriosa cultura Sumeria, la Egipcia y Greco-Romana. Y así, después de una larga gestación, y la indudable influencia de las teorías de la Relatividad, la física cuántica, la mal llamada teoría del Caos, y finalmente los fractales, dan a luz la teoría, del EMANAISMO, de emanar, proceder de algo de cuya esencia se participa.
Ante la broma, de la materialista Teoría de la Evolución, y el Creacionismo que implica el concepto de un Creador (concepto humano) vamos a colocar el EMANAISMO. Es una idea o teoría fundamentalmente, “Absoluta”, porque nada existe fuera de ella.
Vamos a prescindir, por primera vez del concepto Dios o Dioses, no por falso, que no lo es, sino porque no responden satisfactoriamente todos los interrogantes y demandas que se plantea el hombre al respecto, y lo vamos a sustituir por el concepto de Divinidad, que engloba absolutamente todo lo existente o existencia, Dioses incluidos.
La DIVINIDAD es “ABSOLUTA” porque nada existe fuera de ella.
Es “DUAL” porque contiene todas las dualidades existentes.
Y la DIVINIDAD es una inmensurable energía “Dinámica”, “Estática” y Caótica” porque su evolución se realiza en perfecto y total equilibrio.
Y es “EMANANTE” porque todo lo existente es emanación de la Divinidad y todo lo existente es la Divinidad.
La Divinidad, es un concepto tan inmensamente inabordable, que rebasa la capacidad
Intelectual del ser humano. Por lo que, sólo nos podemos aproximar a efectos didácticos recurriendo, a los fractales. CONTINUA.
EL FRACTAL DIVINO.
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