CAMI...
CAPITULO: 2 EL DE PORQUE ES UNA IRRESPONSABLE…
Una semana había pasado desde que había salido de la consulta de la psicóloga. Bueno, una semana, seis horas y cuarenta y tres,… segundos. Sí, llevaba la cuenta. La mente de Mila era en ese momento una mezcla desordenada y homogénea de sentimientos encontrados. ¿De verdad estaba obsesionada? Leonella lo había significado todo para ella, o al menos eso había pensado, porque a dos semanas de la boda de la psicóloga ella solo podía pensar en que si la policía camionera llevaría un traje?. ¿cómo iban a hacerlo? ¿Sería una de esas bodas cutres en las que ambas llevarían vestido o ambas llevarían traje? Precisamente por eso las mujeres no deberían poder casarse, o eso era lo que pensaba ella. No tenía ninguno sentido. A ver, cuando el cura/juez/lo que fuese que utilizasen para oficiar la ceremonia dijese “ya puede besar a la novia”, ¿a cuál de ellas se referiría? Aunque en este caso Obviamente debía ser a nella, porque la otra de “novia” tenía más bien poco. Si hubiese dicho “camionera” sería otra cosa, pero “novia”, no, imposible. Igualmente no lo sabría, pues, como es evidente, no estaba invitada a la ceremonia...
Mila había dedicado aquella soleada mañana de junio a recoger en una caja todo lo que le recordaba a la psicóloga, y se había sorprendido al descubrir que apenas había media docena de cosas: la camiseta que se puso la primera vez que hicieron el amor, el CD favorito de Leonella, la tarjeta de su consulta, la entrada de la primera y única película que fueron a ver pues aunque la sala era oscura eso era demasiado público como para estar saliendo con ella todos los días, la única foto que se habían tomado juntas y el lazo que había envuelto el regalo de cumpleaños que le había hecho la psicóloga: un osito de peluche con un corazón que decía “TE QUIERO” al apretarle la barriguita y un folleto para una casita rural en el extrarradio en la que pasaron dos hermosos días fuera de la vista de la sociedad. Si lo pensaba con detenimiento, Mila se había portado realmente mal con su ex novia; no solo la había amargado con sus comentarios acerca de la homosexualidad, sino que también había arruinado todos sus planes para que no la viesen con ella en ningún lado. Ni siquiera recordaba haber ido nunca con ella a tomar un café.
-Es perfectamente comprensible que me odie – suspiró con resignación mientras metía la caja en el armario, un lugar que le había parecido más que conveniente.
Después de hacer su rutina de ejercicios diaria, mila se metió a la ducha y en ese mismo instante empezó a sonar su móvil. Cómo no. Cerró el grifo y, maldiciendo entre dientes, se enrolló en una toalla para cruzar su cuarto hasta llegar al dichoso aparato sin mojar demasiado el suelo. Lo trasladó hasta el baño, dejándolo encima del lavabo, descolgó el teléfono y lo puso en modo altavoz con el mayor volumen posible para después volver a la ducha y abrir el grifo.
- ¡¡¡¡¡MILAAA!!!!! – gritó una muchacha desde el otro lado de la línea -. ¡Esta noche fiesta!
- Me estoy duchando, Criss– le respondió sin muchas ganas de juerga -. ¿Se celebra algo?
- ¿Cómo que si se celebra algo? – preguntó indignada su amiga -. ¿Hace falta que se celebre algo para irnos de fiesta todas nosotras?
- No, la verdad es que no – respondió enjabonándose el pelo.
- Vamos, mila, no todos los días puede reunirse todo el grupo…
Mila comenzó a aclararse el jabón con cuidado de que no le entrase en los ojos. Lo cierto es que hacía mucho tiempo que no veía a sus amigos. Ellos eran la élite de America, y no lo decía ella, sino todas las revistas. Todos eran hijos de gente importante, Cristina(criss), Tatiana (Tati), Samantha y Anastasia (Nasti); y por supuesto, el que no podía faltar, el hermano mellizo de Nasti, Alexey.
- … y vamos a buscar a unos chicos que nos hagan ver las estrellas – oyó concluir a su amiga cuando se lió con una toalla.
Bien pensado, aquello podría tener su lado práctico. Por un lado podría olvidarse de todos sus problemas durante un tiempo, y por otro podría comprobar si definitivamente le gustaban los hombres o no. Era curioso, pero siempre se había conformado con el sexo con los hombres y la idea del sexo con ellos , hasta que lo había hecho con Leonella. Ese día descubrió lo que es realmente hacer el amor… en toda la extensión de la palabra, ese dia su mundo se había vuelto patas arriba.
- De acuerdo – contestó mientras se secaba el pelo con la toalla -. ¿A qué hora?
Era ya media noche cuando “la familia real” y Mila aparecieron por la discoteca más famosa de todo estados unidos. La gente les abría paso con respeto para que pudiesen acceder al lugar, anonadados con el halo de seguridad y suficiencia que destilaba cada uno de ellos.Mila Se había puesto un vestidito negro brillante de finos tirantes que llegaba hasta la mitad de los muslos y con un escote palabra de honor que se ajustaba perfectamente a sus voluptuosas curvas dejando ver las sensuales pequitas que poblaban sus hombros, y lo había combinado con un brazalete plateado regalo de su hermana, un collar de finas cadenas y unos zapatos de tacón negros. Estaba despampanante, lista para la caza, y los demás lo habían notado.
Se sentaron en uno de los sofás cercanos a la pista de baile y Alexey fue a por las bebidas. Esperaron unos segundos charlando animadamente del ambiente del lugar hasta que vieron aparecer al muchacho de pelo castaño y rizado apareciendo junto al barman, que dejó encima de una mesita de madera negra una botella enorme de vodka y seis vasos de chupito para después retirarse.
-¿Y esto? – preguntó Nasti con el ceño fruncido.
- Para que no tengamos que ir constantemente a la barra para pedir más copas – rió su hermano y empezó a servir el vodka.
Mila intentaba participar activamente en la conversación ocultando todo lo que podía acerca de su vida y, al mismo tiempo, buscaba entre la multitud a aquel que sería su presa aquella noche. Estaba empezando a sentirse un poco contenta cuando reconoció a alguien entre el tumulto de gente. NO PUEDE SER..Ahí estaba ella, con un vestido rojo algo ajustado que dejaba entrever sus perfectos senos y unos tacones altos del mismo color que reafirmaban sus tersos muslos. Mila pudo observar que se había alisado el cabello completamente dejándolo con algo de volumen . Además, había resaltado con lápiz negro esos hermosos ojos verdes que atrapaban continuamente, la mirada de la castaña, pudo haberse equivocado? Ella pensaba que era la única diosa aquí, en la tierra y ahora no estaba del todo segura. Era Lauren Jauregui …mila había oído a su hermana decir que tenía incluso un año menos que ella, pero que era más madura, más responsable y bla, bla, bla… La morena estaba bailando junto a sus amigos una canción muy animada De cualquier forma, le estaban entrando unas ganas atroces de ir a bailar.
- Chicos, ¿están ya lo suficientemente borrachos? – les preguntó y los demás asintieron.
Su grupo ocupó el centro de la pista de baile, casualmente justo al lado de los amigos de la morena, pero antes de seguirlos necesitaría un poco más de líquido que la inhibiese. Cogió la botella de vodka por el cuello y se terminó el resto de su contenido que, a decir verdad, era un cuarto de la botella. Genial, ahora iba a tener un problema con la bebida. Se limpió el resto de líquido que había quedado en sus labios con la yema de los dedos y se lanzó hacia la pista mucho más contenta. Empezó a bailar animadamente junto a sus amigos, y pronto empezaron a acercársele “moscones”. Los chicos se aglomeraban alrededor de las muchachas, bailando pegaditos a ellas mientras los focos de la discoteca empezaban a hacer su trabajo y convertían la escena discotequera en una noche de desenfreno. En cierto momento, y a pesar de las parpadeantes luces que la hacían marearse y ver su alrededor en fotogramas, mila pudo observar cómo lauren la miraba. Sí, la había visto y la estaba mirando de una forma que no supo o no quiso entender. Pero Noo, ella No estaba ahí para lanzarse miraditas con mujeres, nooo estaba ahí para tener sexo con algún hombre que la hiciese volver a su acera.
El alcohol, la atmósfera y la persistente mirada provocadora ,de la que ella ya considerada La Diosa Humana, estaban haciendo su efecto en mila, y comenzaba a sentir como su cuerpo se estaba calentando. Quiso ponerse de espaldas a ella, pero seguía sintiendo su mirada clavada en su nuca, y eso la excitaba más. Necesitaba hacer algo y no lo pensó, simplemente agarró a uno de los moscones por el cuello de la camisa y lo arrastró hacia el baño que afortunadamente, estaba desocupado. Se encerraron en uno de los cubículos y el muchacho, de unos veinte años, comenzó a besarla. Se notaba que el muchacho se esforzaba en cuanto a la técnica, rozando su lengua con la de ella pasionalmente, pero milaa no sentía nada,nada.. era más todo eso la estaba empezando a hacer sentir incómoda y muy frustrada. Pero no había por qué alarmarse quizá el muchacho simplemente no era un buen besador. Faltaba la prueba definitiva. Empezó a desabrochar el cinturón del muchacho mientras éste la besaba con ahínco en el cuello, bajó su bragueta y el joven la empujó contra una de las paredes. Mila enroscó sus piernas alrededor de su cintura y el chico, tras sacar algo de un bolsillo terminó de bajarse los pantalones.
- Espera, espera – dijo con voz entrecortada mientras abría el paquetito del preservativo con los dientes -.Joder, como quema. Eso me pasa por bailar al lado de los focos.
Sí, ya casi se le había olvidado. El condón, ese magnífico amigo de látex. ¿Hacía cuanto que no había visto uno? ¿Un año, un año y medio? Sí, eso no sonaba muy heterosexual, pero ella no era lesbiana al menos no quería admitirlo. El muchacho terminó de colocarse con cuidado el condón en el erecto miembro y recolocó a Camila a su gusto contra la pared del cubículo. Fueron dos segundos, de reloj, dos segundos en los que mila por fin vio la realidad, dos segundos en los que el muchacho tardó en introducirse dentro de ella y romper el condón. De verdad, la gente necesitaba más educación sexual. ¿Nadie le había dicho que los condones se desgastaban por culpa del calor? Eso lo sabía hasta ella. Le había parecido tan grotesco, poco placentero y antierótico el breve acto que no podía seguir engañándose… O puede que fuera por el alcohol que empezaba a marearla. Bueno, ya lo pensaría por la mañana. El chico se quedó mirando el condón roto e hizo un ademán de continuar con el acto, pero mila lo separó de un empujón, se colocó la ropa interior en su sitio y salió del baño, no sin antes retocarse el pelo con ayuda del espejito que había encima del lavabo.
Milla no lo podía creer… que tan bajo había llegado, su desesperación por demostrarse a ella misma que no era, que no pertenecia a la homosexualidad, que ella no era lesbiana a allí estaba con asco, dolor ,remordimiento y con lagrimas en los ojos… Abandonó la discoteca antes que sus amigos y tomó un taxi para ir a su casa. Se encontraba realmente mal, como si tuviese una batidora encendida dentro del estómago. “Nunca más, mila, nunca más”, se repetía mientras entraba corriendo en su cuarto y llegaba con el tiempo justo para vomitar dentro del retrete. Si hubiese visto esa escena en tercera persona le habría parecido penosa, penosa y vulgar, como había resultado ser su noche de glamour. se tiró a la cama, quedándose completamente dormida. Esa noche, sus ebrios sueños estuvieron únicamente ocupados por esa mirada verde que la hizo estremecer en la discoteca...
Levantó pesadamente la cabeza, aún no había amanecido y tenía una resaca horrible. Salió despacito al balcón y oyó como los golpes venían del tejado. observó como el jardinero y el portero estaban sentados en sillas plegables, cada uno con unos prismáticos. Era evidente hacia donde estaban mirando.
- Son unos malditos pervertidos – les gritó mila enfadada provocando que los empleados se sobresaltasen y que le diese una profunda punzada en las sienes- ¡Señorita Cabello! – gritaron ambos saltando de las sillas y produciéndole mayor dolor de cabeza -. Nosotros estábamos… mirando las estrellas.
- ¡Callensee, por favor! – gritó mila sintiendo que le explotaría la cabeza… y los ojos al ver que ambos muchachos estaban empalmados. Ambos chicos plegaron las sillas y las utilizaron para taparse -. Solo quiero volver a verlos ,por aquí para que recoján vuestro finiquito, ¡¡fuera de mi casa!!
Los chicos se pusieron palidos y bajaron corriendo del tejado. Semejante nivel de ordinariez e irrespetuosidad no era normal ni siquiera en aquellos plebeyos. Agarrándose la cabeza para que no se le cayese, mila cogió con asco uno de los prismáticos y los dirigió hacia donde habían mirado aquel par de degenerados. Se observaba la mansión de Lauren Jauregui, muy parecida a la suya, pero ella tenía una gran piscina en el jardín en la cual pudo apreciar dos figuras. Se puso roja cuando distinguió exactamente qué eran. La morena estaba con una muchacha, desnuda, en su piscina, besándose y más cosas que la profundidad del agua no le dejaba distinguir. Su morena piel era bañada dulcemente por los blancos rayos de la luna mientras hacía jadear a una afortunada chica que se agarraba frenéticamente a su espalda. Mila dejó caer los prismáticos y bajó lentamente a su habitación para después enterrar la cabeza debajo de la almohada. NO PODIA SER, ERA ELLA?? SI Lauren Jauregui acaso era lesbiana??.., TAMBIEN?? y eso no podía evitar producirle miedo y al mismo tiempo un sentimiento de felicidad…Pero que rayozz , estaba pasando pareciera que el universo, trataba de confirmarle lo que ella ya sabia, pero que no admitia ella también era lesbiana, lo era ya no tenia dudas...ninguna!!???? ????