Viejos amigos y la chica de la cuneta.
En la madrugada del 26 de Noviembre tuve el curioso sueño que a continuación os relato. ¿Qué puede significar?
Subí a un bus urbano, creo que me acompañaba un chaval de la facultad.
El bus debió transformarse en el viejo Toyota de mi padre de siete plazas. Él estaba al volante.
Compañeros del instituto a los que no he visto desde hace años viajaban en el coche. Escuchábamos y cantábamos música.
Un frondoso bosque nos rodeó. Humedad. La carretera era estrecha y tras pasar una curva con forma de horquilla vimos a una chica en la cuneta. Estaba erguida, tiesa, con la mirada perdida, sin ningún tipo de gesto o expresión.
Giramos para cambiar de sentido y ponernos a su altura.
Era guapa, alta, de piel blanca, ojos claros y una melena ondulada, castaña, que le llegaba hasta la espalda. No recuerdo bien qué vestía pero más tarde le vi a la espalda una capa o túnica que acababa en punta, con sólo verla ya se intuía su calidad, fina y suave. Era del blanco más puro e impoluto posible, aunque la punta triangular creo que se dividía en dos colores y uno, el de la izquierda, era rojo intenso.
Al parar le preguntamos si necesitaba ayuda, que teníamos un asiento libre. Tranquilamente nos dijo que no. Entonces viramos para reanudar la marcha pero ella nos siguió.
Cambió de opinión y elevó la voz para decirnos que quería subir.
Nosotros vimos algo extraño en ella que nos asustaba, pese a ello me sentí mal por no dejarla subir. Ella empezó a correr hacia el coche que se alejaba y me incorporé para cerrar las puertas con el seguro.
Me desperté, tuve miedo. Eran las cuatro de la madrugada